Cómo formar grandes lectores desde pequeños

Puedes leer a tu niña o niño desde que nace, incluso antes, pues desde el último trimestre del embarazo el bebé escucha los sonidos del exterior.

Hay personas que piensan que los libros no son para los bebés, pero esto no es cierto, ellos disfrutan mucho de la lectura. Además, si las niñas y los niños están expuestos a buenos libros y lecturas, desde pequeños, pronto se convertirán en grandes lectores.

¿Sabes cómo es un lector en los primeros años?

Es un niño o una niña que, desde bebé, está familiarizado con los libros, primero con el libro como objeto de exploración: lo chupa, lo observa, lo manipula, lo sacude; después con el libro como juguete: los cierra, los abre, los lanza y los apila.

Poco a poco, y con tu intermediación, tu pequeña o pequeño aprenderán que los libros cuentan historias y tienen hermosas ilustraciones para ver.

Después, empezarán a balbucear o repetir palabras cuando escucha una lectura o cuando “lee”.

 Más tarde, distinguirá letras de dibujos, escoge repetidamente un libro hasta aprenderlo de memoria y es feliz porque se siente competente: ahora puede predecir lo que viene a continuación en la siguiente página ¡Conoce la historia de principio a fin!

Alrededor de los dos años estos pequeños lectores ya tendrán internalizado el concepto de lectura y lo usan en sus juegos, cambian la entonación simulando distintos personajes y utilizan fórmulas literarias: “Habí­a una vez”” “Colorí­n colorado”” Y de repente”” Serán niños y niñas que llevarán dentro de sí­ mismos el gusto por la literatura.

 

¿Qué recomendaciones te damos para educar pequeños, grandes lectores?

  • Forma una pequeña biblioteca en casa. Hay una gran variedad de libros para bebés y niños pequeños: libros de cuentos, de poesí­a, libros álbum (sin texto), libros con canciones, libros informativos, libros de tela, de papel o plástico.
  • Permí­tele que explore y manipule sus libros.
  • Selecciona libros que le permitan a tu hija o hijo, soñar, imaginar, identificarse, aprender, vivir distintas emociones y ¡Disfrutar!
  • Coloca los libros al alcance de tus hijos para que los puedan leer cuando ellos quieran.
  • Léeles en distintos momentos: antes de acostarlos, al darles de comer, mientras se bañan, mientras juegan, si vas en un transporte público o en un avión.
  • Lleva a tus hijos e hijas a bibliotecas que cuenten con acervos infantiles y permite que ellos decidan qué libros quieren leer.
  • No leas a tus hijos por obligación, ni los regañes porque no ponen atención. La lectura en los primeros años debe ser paulatina, voluntaria y placentera.
  • Usa distinta entonación para cada personaje o cada situación.
  • Para educar en valores, no forzosamente tienes que hacerlo por medio de un libro sobre ese tema. Los libros de literatura también ofrecen grandes enseñanzas.
  • Cuéntales también cuentos de literatura oral, poemas y retahí­las.
  • No les hagas un examen después de leer “cómo se llama el personaje principal” “de qué color es la casa” “qué figuras hay”. Deja que se queden con la experiencia de la lectura. Lo que tus hijos hayan visto, escuchado o percibido, está bien.
  • Lee con ellos sentados en el regazo o a un lado tuyo para que puedan ver los textos y las ilustraciones. Permí­teles que se detengan en las imágenes todo el tiempo que consideren necesario.
  • Haz de la lectura un momento agradable, sin prisas ni regaños.
  • Propicia que tus hijos e hijas “lean” solos, a los adultos y a sus juguetes y a otros niños.
  • No los enseñes a leer convencionalmente, es decir, a descifrar letras. Ellos aprenderán a leer a su tiempo. Antes de eso, enséñales el placer de leer.

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