*Desde su primer abrazo, tu bebé recibe beneficios para toda su vida.

Hay muchas maneras de demostrarle a tu hijo o hija el amor que le tienes. Una de ellas es el abrazo, un gesto que parece sencillo pero que, en realidad, encierra uno de los momentos más cariñosos entre tú y tu pequeño.

Y es que, además de expresarle lo mucho que lo quieres, con esos abrazos estarás dotando a tu hijo o hija de herramientas socioafectivas que le servirán durante toda su vida.

El primer abrazo del bebé

El primer abrazo que recibe un bebé es, posiblemente, uno de los más importantes de su vida. Desde este primer contacto “piel con piel” entre la pequeña o pequeño y su mamá, comenzará a reaccionar positivamente al contacto fí­sico con sus padres.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista cientí­fica chilena de la Universidad Ricardo Palma, el bebé estabiliza su temperatura corporal, frecuencia cardiaca y respiratoria y reduce su llanto si se posa sobre el pecho de su madre en los primeros 30 minutos de haber nacido.

Además de esos beneficios afectivos, el abrazo provoca reacciones quí­micas benéficas para el bebé. Por ejemplo, un abrazo de mamá hace que el bebé secrete oxitocina, la hormona detrás de sentimientos como el amor, la confianza y que nos facilita la formación de ví­nculos afectivos

Enséñale a abrazar a tu bebé

Desde sus primeros meses, el bebé comienza a relacionar el abrazo con la sensación placentera que le genera hasta que, un dí­a, intenta dar sus primeros cariños. La acción en sí­ de rodear a alguien con sus brazos, la aprende por imitación, pero la experiencia le enseña que se trata de un acto afectivo.

En la primera infancia, los abrazos ayudan a fortalecer el ví­nculo entre el niño o niña y sus padres o cuidadores, además de promover la comunicación y los ví­nculos afectivos que tendrán a lo largo de su vida. El contacto con los abuelos, tí­os y hermanos brinda a los pequeños sus primeras nociones de relaciones sociales más allá de sus padres. Relaciones que, además, suelen ser más tolerantes, cómplices y amistosas. 

Estos gestos también son muy importantes en su desarrollo, ya que le brindan sensaciones como seguridad, protección y felicidad, que son claves en la construcción de la autoestima.